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Coastal & Estuarine Science News (CESN)

Coastal & Estuarine Science News (CESN) es una publicación electrónica gratuita, que brinda resúmenes breves de artículos seleccionados de la publicación científica Estuaries & Coasts, que hace énfasis en las aplicaciones de gestión de los hallazgos científicos.

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2015 Febrero (Español)

Contents

A Medida que el Calor Aumenta, Algunos Organismos Causantes de Enfermedades Podrían Ser Controlados
Las Granjas Mexicanas Para el Cultivo de Camarones Pueden Proporcionar Hábitats Dónde las Aves Costeras Se Alimenten
Valoración de los Criaderos: Tiempo para Considerar una Mayor Complejidad


A Medida que el Calor Aumenta, Algunos Organismos Causantes de Enfermedades Podrían Ser Controlados

Mayores temperaturas podrían significar una menor incidencia de caquexia para las praderas marinas del mediterráneo

Un resultado previsto del cambio climático, que se puede atribuir a temperaturas cálidas, es un cambio en los índices de propagación de las enfermedades infecciosas, que afectan a una amplia variedad de organismos (incluyendo al hombre). Sin embargo, debido a que la temperatura afecta, de diversas formas,  tanto a los agentes patógenos como a los huéspedes, estos cambios no siempre conducirán a un incremento monotónico de la enfermedad.

Las temperaturas en constante aumento podrían superar el límite de crecimiento del patógeno, disminuyendo así la enfermedad, o aumentar el crecimiento del patógeno, a la vez que incrementa simultáneamente el estrés sobre el organismo huésped, conduciendo a un incremento no lineal de la enfermedad. La separación de estos efectos será crucial para predecir, manejar y atenuar la infección.

Un estudio sobre una especie de pradera marina del mediterráneo y un agente patógeno causante de caquexia en las praderas marinas halló que el calentamiento climático podría realmente aliviar la presión del patógeno. Los investigadores infectaron brotes de la pradera marina Posidonia oceánica con el patógeno Labyrinthula Spp., agente causante de caquexia severa en las praderas marinas. Posteriormente, incubaron tanto los brotes infectados como los no infectados en un rango de temperaturas, que incluía las máximas temperaturas de verano proyectadas para el mediterráneo en lo que resta del siglo. Los resultados mostraron que el calentamiento redujo la ocurrencia y severidad de la enfermedad debido a que las temperaturas mayores  a 28oC inhibían la división celular y el crecimiento del patógeno.

Aunque puede que esta especie de pradera marina sea vulnerable a otros aspectos del cambio climático, estos resultados sugieren que el calentamiento reducirá la presión del patógeno y, en consecuencia, el riesgo de caquexia, un indicador de que los efectos últimos del cambio climático global no siempre resultan fáciles de predecir.

Fuente: Olsen, Y. S., M. Potouroglou, N. Garcias-Bonet and C. M. Duarte. 2014. Warming reduces pathogen pressure on a climate-vulnerable seagrass species (El calentamiento reduce la presión del patógeno en una especie de pradera marina vulnerable al clima) Estuaries and Coasts (Junio de 2014). DOI: 10.1007/s12237-014-9847-9.


Las Granjas Mexicanas Para el Cultivo de Camarones Pueden Proporcionar Hábitats Dónde las Aves Costeras Se Alimenten

 (¡No, las aves no comen camarones scampi!)

Actualmente, el camarón es el tipo de marisco de mayor consumo en EE.UU., es así que la demanda global del crustáceo parece ser insaciable. Con la finalidad de satisfacer dicho mercado, las naciones tropicales han venido cultivando camarones durante décadas, destruyendo los manglares, así como otros hábitats de humedales costeros para desarrollar lugares donde se cultiva el camarón. Ahora bien, aunque los aficionados a pelar y comer camarones pueden estar felices, los grandes perdedores en este proceso son los organismos que dependen de estos hábitats costeros, incluyendo las aves costeras migratorias.

No obstante, aún existe una luz de esperanza. El ciclo regular de cosecha en muchas granjas de cultivo de camarón podría permitir que dichas granjas de cultivo provean hábitats donde las aves se alimenten cuando los niveles del agua descienden, en los meses de octubre y noviembre, justo cuando las aves comienzan a llegar después de largos vuelos migratorios desde sus criaderos y antes de que las granjas de cultivo se  vuelvan a inundar y sembrar con la población del próximo año.

Un reciente estudio realizado en el Estero de Urías, en el estado mexicano de Sinaloa, monitoreó el uso de una granja de cultivo y el estuario circundante por parte de las aves costeras durante y después de la estación de cosecha del camarón. Los investigadores hallaron que todas las especies de aves costeras que monitorearon fueron observadas en los estanques de cultivo durante la estación de cosecha cuando los niveles del agua disminuyeron, dejando al descubierto un sustrato húmedo y la mayoría se alimentaba en forma activa.

En este estudio se halló que cuatro especies de aves: la Avoceta[1], la cigüeñuela de cuello negro[2], el playero aliblanco o tigüi - tigüi[3] y el zarapito trinador[4], buscaban sus presas preferentemente en las granjas de cultivo en comparación con las llanuras de marea naturales próximas. Una vez terminada la cosecha y los estanques totalmente secos, virtualmente no quedaron aves en la granja de cultivo de camarón. Asimismo, hubo una gran reducción en la abundancia de aves costeras relacionadas con el Estero de Urías.

Los autores concluyeron que la granja de cultivo del camarón podría proporcionar un área importante para que las aves costeras se alimenten, ayudando a mantener las poblaciones totales del estuario. El manejo adecuado de las granjas de cultivo  en todo el estado de Sinaloa podría, en consecuencia, contrarrestar en algo la pérdida de hábitats provocada por las granjas de cultivo.

Fuente: Navedo, J. G., G. Fernández, J. Fonseca, and M. C. Drever. 2014. A potential role of shrimp farms for the conservation of Nearctic shorebird populations (Un papel potencial de las granjas de cultivo de camarón para la conservación de las poblaciones de aves costeras neárticas) Estuaries and Coasts (Julio de 2014). DOI: 10.1007/s12237-014-9851-0.


Valoración de los Criaderos: Tiempo para Considerar una Mayor Complejidad

La exportación de peces juveniles es necesaria, más no suficiente para la valoración

Los criaderos de peces de las zonas costeras son reconocidos como lugares vitales por su aporte a las poblaciones de peces adultos. Asignar un valor a estos hábitats, generalmente, implica determinar la biomasa de los peces juveniles, que se mueven desde los criaderos de la zona costera hasta áreas costa afuera, a través de migraciones ontogenéticas, donde se unen a las poblaciones de peces adultos. Ahora bien, aunque este enfoque representa un paso en la dirección correcta, un reciente artículo sostiene que debe ampliarse con el fin de incluir una mayor complejidad si es que se pretende  determinar el valor real de los criaderos de las zonas costeras.

Los autores proporcionan un nuevo marco para evaluar la complejidad de los criaderos. Proponen diez componentes de valor del hábitat de criadero que deben considerarse, agrupados en tres áreas: (1) conectividad y dinámica de las poblaciones (incluyendo conectividad, migración ontogenética y migración a través del paisaje marino), (2) factores ecológicos y ecofisiológicos (efectos de los ecotonos, interrelación presa-depredador, redes tróficas y efectos fisiológicos) y (3) dinámicas de los recursos (disponibilidad de recursos, cambios ontogenéticos en la dieta y aportes alóctonos). Lo ideal sería que cuando se valoren las zonas de criadero se consideren todos estos factores.

Ahora bien, aunque este tipo de estimación  podría parecer impresionante, los autores señalan que es posible combinar, reorientar y ampliar técnicas que ya han sido desarrolladas con el fin de recopilar los tipos de información que se requieren. Por ejemplo, los estudios de conectividad que hacen uso de biomarcadores naturales y artificiales se pueden usar, no solo para determinar los aportes de biomasa de criaderos particulares a las poblaciones adultas, sino que cuando se combinan con otras técnicas (tales como estudios sobre la dieta o el hábitat) también pueden contribuir a aclarar temas como la migración ontogenética, la conectividad y los efectos de los ecotonos.

Este artículo brinda una variedad de enfoques posibles que permiten recopilar información relevante para los componentes de valor del criadero y destaca la necesidad de una mayor recopilación de información con el fin de contribuir con la comprensión de estos procesos. Al mismo tiempo, los autores instan a los encargados de la gestión a que vayan más allá de la valoración de los criaderos de las zonas costeras basada simplemente en la exportación de biomasa sobre la base de la información que, actualmente, se tiene.

Fuente: Sheaves, M., R. Baker, I. Nagelkerken, and R. M. Connolly. 2014. True value of estuarine and coastal nurseries for fish: incorporating complexity and dynamics (Valor real de los criaderos de peces de las zonas costeras y estuarinas: incorporando la complejidad y la dinámica) Estuaries and Coasts (Junio de 2014). DOI: 10.1007/s12237-014-9846-x.